miércoles, octubre 27, 2010

Mecanizarse, de Chaikin a Grotowski.

Hace más de 30 años, en una nota para una publicación en Barcelona, Joseph Chaikin, fundador del Open Theater, contaba su experiencia en relación con la vorágine que sufren los actores, en busca de trascendencia más allá de su trabajo. Textualmente decía: "Por aquel entonces (hablaba de sus comienzos) yo quería promocionarme como actor. Pero al actuar en "Galy Gay", personaje que, de ser un hombre bueno e inocente se transforma a base de intentar halagar, gustar y seducir, en algo totalmente mecanizado e inhumano, me di cuenta de que yo estaba haciendo lo mismo en mis deseos de convertirme en un actor famoso".
Chaikin, ponía sobre la mesa un problema que más de tres décadas despues, sigue afectando a muchos actores. Muchas veces, el intento de "gustar", hace pagar un alto precio y hace perder innumerables oportunidades de creciminento. Junto con la mecanización de la que hablaba Chaikin, aparecen las poses, los lugares comunes, las comodidades y en el mejor de los casos, nos encontramos sobre un escenario un actor que se personifca a si mismo.
Ninguno de los actores quedamos a salvo de este problema "natural". "Gustar", es un deseo casi innato, y debemos trabajar para que no interfiera con nuestro crecimiento actoral, y fundamentalmente que no vaya en contra de la naturaleza del teatro.
A la cabeza me viene la figura de Jerzy Grotowski, quien bregaba porque el actor se despojara de estereotipos, de cliches, de lugares obvios y buscaba la verdad de los personajes a través de la experimentación única e individual de sus actores.

Julio Chiorazo