
¿Qué le pasa? Me abre un montón de puertas, hacia el interior de ese nuevo interrogante que me plantea el trabajo. ¿Qué le pasa… por su cabeza a un hombre que está por asesinar a un presidente? ¿Qué le pasa por el cuerpo a alguien que ha pasado su vida en prisión, cuando ve un paisaje que nunca visitará? ¿Qué le pasa por la mente a quien conoce con certeza la hora de su muerte? Siempre el ¿qué le pasa? pone en marcha los mecanismos que necesito para comenzar esa búsqueda.
Todas esas respuestas, parece tenerlas Gary Oldman, y a partir de sus actuaciones, uno, como actor, comienza a preguntarse ¿Qué le pasa por la cabeza a Gary Oldman? ¿cómo se puede ser tan natural y tan impredecible?
Él es uno de los motores que nos llevan a seguir creyendo que hay algo más allá de la naturalidad, que siempre la actuación puede depararnos nuevos interrogantes, que podemos buscar siempre un poco más, que esto jamás se termina y que hemos acertado en elegir esta profesión si empezamos a descubrir…qué le pasa a Gary Oldman.
Julio Chiorazo